23 de mayo de 2008

La fotografía y los Sueños

Recordar un Sueño no es tarea fácil por momentos. Si tenemos la suerte de haber descansado bien durante los días previos, tendremos la posibilidad de despertarnos con un recuerdo vívido de los últimos Sueños, incluso de varios de ellos durante la misma noche. Algunos responden más a rastros de impresiones durante la vigilia mientras que otros parecen haber salido de la nada y nos muestran símbolos y escenas que nos llaman la atención. De esta manera, casi nunca obtenemos una reconstrucción totalmente fiel de lo que hemos soñado. “El mapa no es el territorio”, como diría G. Bateson, rememorando a A. Korzybski.

Podemos decir que lo mismo ocurre en el proceso fotográfico. Sin entrar en detalles en el proceso de revelado de una película, cuya riqueza simbólica merecería un blog entero, el procedimiento que va desde la composición de la toma hasta su obtención final en papel fotográfico, es análogo a una reconstrucción onírica.

Si bien hoy en día parte de este proceso se ha perdido con el auge de la fotografía digital, aún se mantiene la brecha entre lo que deseo fotografiar y el resultado. La mejor ventaja de la digitalización de la captura de imágenes es la posibilidad de realizar varias tomas o disparos del mismo objeto, tema, persona, etc. que deseo fotografiar. En consecuencia, las personas hacen varias fotos, ya sea “por las dudas de que salga mal” o para probar diferentes posiciones o utilizar diferentes luces en la toma.

Por su parte, en la fotografía analógica, los tiempos son más largos. Más aún en la fotografía blanco y negro en donde el revelado de mayor calidad es el revelado manual, involucrando tres instancias de procesos químicos (revelado, detenido y fijado), más las etapas de ampliación, retoque y composición final. Entonces, a mayor número de instancias en el proceso, mayor será la diferencia entre el mapa y el territorio, la fotografía y el tema. Pero los tiempos modernos exigen menores tiempos para todo, para tomar fotografías como para comer y dormir.

Es el síntoma de esta época alienante que día a día nos va quitando los tesoros humanos que nos permiten exaltarnos por sobre nuestra propia naturaleza. Es el costo de la comodidad por el dominio del Cosmos. Pero todavía podemos ir en contra de este Zeitgeist, reconstruyendo nuestros Sueños en un diario.

Se superpondrán imágenes que entre todas darán una totalidad a la cuál le daremos un título y fecha. Y al igual que en la fotografía, si podemos recordar muchos Sueños en la misma noche, podemos componer una fotografía por superposición de imágenes, creando una trama con un misterio que mantiene la puerta abierta a la interpretación. Y si tenemos una película vencida por algún rincón de nuestros armarios, podemos colocarla en la cámara, tomar las fotos, y luego revelarla para encontrarnos con que algunos Sueños pasados pueden revivirse en el presente y sirven para una composición única audaz.