9 de diciembre de 2008

La Muerte y los Sueños

La asociación entre la muerte y los Sueños es bastante directa. Esta relación, aunque en principio quizás no sea del todo clara o "automática", con un poco de relfexión se vuelve muy natural para el pensamiento. El sentido más superficial del Sueño, el cuál para esta altura esperamos que haya sido trascendido, es el acto de dormir, y dormirse es como morir.

Podríamos decir que la experiencia de los humanos frente a la muerte es de las primeras impresiones que dieron cuenta de la finitud y la necesidad de lo trascendente en la vida humana. Se sabe que los primeros humanos comenzaron a formar sociedades más complejas, adquiriendo diferenciación social y roles a partir del surgimiento de los ritos mortuorios, como aquellos en los que utilizaban el ocre rojo a modo de pigmento para marcar los cuerpos de los difuntos, de donde se deduce que cumplían alguna función ritual.

Por lo tanto, el rito, como algunos han tratado de definir, comenzaría a ser un elemento del comportamiento humano para tratar de comprender y apaciguar el dolor que produciría la muerte. También observamos los estados catalépticos en donde la aparente ausencia de signos vitales y el estado de rigidez corporal han causado gran incertidumbre, especialmente durante el siglo XIX cuando comenzaron a aparecer casos de entierros de personas que dieron por muertas cuando en realidad estaban catalépticas, sumidas en un Sueño del cual no podían despertarse.

Entonces, asociar la muerte con un Sueño profundo o eterno es bastante afín. Ahora bien, si la muerte es tomada tan negativamente, al menos en occidente, ¿podríamos asociar que algo de esa negatividad impactaría en el fenómeno del Sueño?. En principio sí, y lo vemos en el uso cotidiano del lenguaje.

Dormir, como el acto del Sueño es sinónimo de descanso pero que en exceso es tomado como pereza. En un mundo urbanizado e industrializado en donde el presente parece escaparse de nuestras manos con cada segundo que pasa, el dormir y por ende el soñar, toman un matiz negativo en el imaginario cultural y son vistos como una pérdida de tiempo, porque "el tiempo es dinero". Dormirse, soñar, en un mundo acelerado como el que habitamos es sinónimo de muerte.

Morirse es perder la vida y dormirse es perder en el Juego de la Vida. Se tratan de términos naturalizados que toman al Sueño como un grado de muerte, en donde esta última es el extremo de la escala del fracaso. En cambio, si en lugar de entender el Sueño y la Muerte como parte de un proceso lineal de vida lo hiciéramos de manera circular, podríamos reformar el imaginario lingüístico.

Es inevitable soñar, es parte de la vida tanto como la vigilia. Durante el Sueño, el cuerpo descansa y se recupera del gasto energético de sus órganos. Desde otro punto de vista menos materialista, durante el Sueño, también somos productivos. Muchos son los avances en todos los campos del conocimiento que se vieron agraciados porque un Sueño revelador logró resolver algo que durante la vigilia no se encontraba solución. Inventos, profecías, visiones, premoniciones, revelaciones, soluciones, todas estas y tantas otras formas han acontecido a ciertos individuos que podrían o no haber buscado respuestas en los Sueños hasta el punto de tener la necesidad de registrar en un diario o notación algo en relación a esos eventos. Pero después despertamos y en la mayoría de los casos olvidamos.

Si aplicamos este razonamiento a la idea de la muerte podríamos decir que haciéndola circular en lugar de lineal, la muerte en el proceso de la vida haría doblar a ésta última en sí misma para volverse un ciclo más dentro de la la naturaleza de todo el universo y Soñar dejaría de ser visto como el-momento-en-que-no-estamos-despiertos para formar parte de un Todo. Y a su vez, el morir, dejaría de ser el momento en que culmina el recuerdo de la vida para ser el comienzo del recordar que vivimos tanto como morimos y soñamos, así como nos despertamos, y que debemos tomar lo mejor de cada etapa de este ciclo infinito.

1 de agosto de 2008

La naturaleza humana y los Sueños

El ser humano es un Ser transicional. No es enteramente un animal pero tampoco deja de serlo. De todos los seres del reino de la naturaleza, se trata de un ser complejo y al mismo tiempo simple. La aproximación a una definición de humanidad que ha llamado mi atención proviene del filósofo y místico Pico Della Mirándola cuando escribe acerca del momento de la Creación: [...]Te colocaré en el centro del universo, de manera que te sea más fácil dominar tus alrededores. No te he hecho ni mortal, ni inmortal. Ni de la tierra, ni del cielo. De tal manera, que tú podrás transformarte a ti mismo en lo que desees. Podrás descender a la forma más baja de existencia como si fueras una bestia o podrás, en cambio, renacer más allá del juicio de tu propia alma, entre los más altos espíritus, aquellos que son divinos".

Así, la especie humana a lo largo de la historia ha logrado separarse (para bien y para mal) del resto de las especies del planeta. En otro post, discutiremos las consecuencias de esta desvinculación de la totalidad que es parte de la misma separación entre Sueño y vigilia.

Decíamos entonces que lo transicional en el ser humano es la cualidad que lo destaca de entre todas las especies. Nos encontramos en medio de una batalla entre nuestra parte instintiva que se traduce como emocional y nuestro lado racional e intelectual. Algunos han caracterizado a "lo humano" partir de nuestra capacidad reflexiva quién nos caracteriza de entre otras especies. El lado emocional nos acerca a lo animal, a nuestros orígenes biológicos como especie hasta que la evolución de nuestro sistema nervioso nos volvió seres más complejos hasta el grado de especializarnos en “conquistar la naturaleza”a través de las herramientas y luego, con la tecnología.

Pero esto no nos hace superiores, sino diferentes. Mantenemos ciertos rasgos animales cuando la supervivencia apremia y si bien los instintos hoy en día están diezmados por la cultura, no podemos evitar hablar de ellos en determinados momentos con el riesgo de caer en reduccionismos que usualmente nos conducen a estigmatizar a otros por defectos, rasgos, etc.

Nuestra capacidad para amar es la misma que nos hace odiarnos. Por otro lado, tenemos esta curiosa habilidad para cuantificar, clasificar y medir el universo visible e invisible a través de modelos, esquemas, y principalmente a través del lenguaje, quién, a pesar de los debates académicos, tiene una relación directa con el pensamiento. Asimismo, hoy estamos a un paso de crear otra clase de seres que reproduzcan nuestras habilidades cognitivas y de procesamiento de información haciendo que la leyenda de Frankenstein y el Golem estén cada vez más cerca de concretarse como hechos científicos. La criatura se vuelve creadora de una fuente de vida; cabe a la historia y a nuestras elecciones el desenlace de este cuento de ficción.

Entonces tenemos una vieja dicotomía renovada: los mundos, sensible e inteligible platónicos vuelven a aparecer esta vez a través de las emociones, metafóricamente orgánicas y la razón como un algoritmo frío y vacuo de vida.

¿Y cuál es la esencia humana?, ¿existe tal cosa? Siguiendo a Pico Della Mirándola, diremos que estamos en el medio, es decir, en ese estado transicional donde podemos ir más hacia un lado o hacia el otro. Tenemos nuestra animalidad emotiva que nos permite crear maravillas a partir de las artes dramáticas y de sentir compasión por los otros, así como la capacidad de destruir por celos, odio, envidia o sencillamente por placer. Somos eso, y también somos capaces de modificar nuestro entorno casi a voluntad, crear máquinas vivientes y coronarnos como dioses, curar enfermedades y crear otras. Aquí también hay construcción y destrucción. Y también vivimos en un mundo material en donde la realidad es aquí y ahora, al mismo tiempo que habitamos un mundo onírico en donde el tiempo no existe y todo puede ser posible. Estamos en el medio, en un estado de transición, y si dejáramos alguna vez este lugar, o bien pasaríamos a ser animales o a convertirnos en máquinas; si es que ya no lo hemos logrado. Por ahora, la contradicción y la tensión que produce ese estado transicional es lo que nos caracteriza.

"Discurso de la Dignidad del Hombre", Pico Della Mirándola



18 de julio de 2008

El teatro y su doble

El arte del teatro hoy en día es parte del mundo del entretenimiento pero a diferencia del cine, éste se remonta a épocas pretéritas en donde era la única tecnología posible para representar escenas con personajes de manera no pictórica como las pinturas rupestres, que datan del principio de la especie y género que nos caracteriza como “humanos”. Sin embargo, esos personajes, situaciones, diálogos, gestos, etc. eran algo más que una forma de entretener. Allí se conjugaban los conflictos sociales, la catarsis personal y por sobre todo, la devoción por las fuerzas de la naturaleza. En esos tiempos, “naturaleza” no se encontraba separada de la “cultura” como par antagónico por excelencia en nuestra cultura occidental. Podíamos encontrar una consciencia de participación en donde si bien había diferencias entre un animal, una planta y una persona, todos formaban parte de la misma matriz creadora, sin importar si era un dios, diosa o entidad suprema.

El teatro era una formación ritual y los personajes representados no eran una representación (como sí) sino una identificación completa entre el actor y su alterego. Todavía ciertas culturas que son consideradas "primitivas" mantienen sus prácticas rituales como una representación de cosmogonías y hechos míticos, utilizando máscaras, danzas y cánticos.


El teatro visto como un ritual implica la ruptura de un velo y todo aquello que existía antes deja de ser para convertirse en aquello que acontece en la escena. Algo de esto sigue ocurriendo en el teatro contemporáneo, pero la experiencia vivida por los actores no es la misma que antaño, salvo por aquellas corrientes teatrales que retoman el valor sagrado de este arte. Figuras como Grotowski, Artaud y Barba han rescatado esta visión “sacra” del teatro, manteniendo la fusión entre un mundo extra-ordinario y la realidad profana.

Es aquí donde surgen las relaciones entre el Teatro y los Sueños como aquél mundo ficticio pero no por ello menos real, en donde las fuerzas del cosmos conjugan elementos personales y colectivos para dar fruto a la creación de escenas y personajes oníricos. El velo que separa la entrada en escena para el actor, es el mismo que separa al mundo de la vigilia del ensueño.

Dormir es adentrarse en la región inconmensurable de los Sueños y actuar es penetrar en el inconsciente colectivo e individual para encarnar personajes que cuando salen de escena, dejan de existir, como al despertar de un Sueño. Sin embargo, algo queda en la atmósfera. Los espectadores que logran identificarse con la obra pueden hacer propios los personajes al igual que el soñador entrenado que recuerda sus Sueños puede rasgar el velo de la consciencia para traer el recuerdo de su experiencia y volcarse al análisis de los símbolos presentes o bien volver a re-producir los mismos en otras formas artísticas; escribiendo, pintando, materializando las ideas que surgieron vívidas en ese “otro lado”.

El Teatro y los Sueños forman parte de esa ilusión de quién la realidad se nutre y se retroalimentan ilimitadamente. Y en ambos, la caracterización de lo sagrado podría ser la clave de unión entre dos mundos que han sido separados por siglos de desencantamiento. No obstante, no es necesario hablar de dioses para sacramentar la vida. La conceptualización de dioses fue parte de una etapa de la humanidad que ha sido impugnada, pero el carácter sagrado permanece en la consciencia de los hombres y mujeres. El arte teatral podría ser parte de una clave capaz de unir aquello que fue separado por nosotros mismos y que ahora estamos necesitando para combatir el sentimiento de soledad y anguista existencial de cada época.

10 de junio de 2008

Los Sueños de la máquina



En post anteriores hemos hablado de los Sueños y el plano astral una representación espacial más o menos tangible del mundo onírico. Allí, la imaginación y el poder creativo de los Sueños alcanzan su mayor magnitud gracias a la capacidad de control, producto de la toma de consciencia dentro del estado de Sueño. El mundo astral, como representación social ha adquirido mayor fuerza en las últimas décadas a partir de las influencias de la contracultura norteamericana como el New Age y por el surgimiento de nuevos métodos de análisis psicológico o terapias inspiradas en disciplinas orientales.

Sin embargo, esta idea de un mundo astral al que se tiene a
cceso por medio del Sueño o a través de los Estados Alterados de Consciencia (Altered States Consciousness) causados por agentes externos, no es originalmente de la modernidad. Encontramos prácticas y teorías de filósofos de la época pre-cristiana y más tarde durante el renacimiento, cuyos trabajos escritos nos han llegado hasta la actualidad en los cuales comentan la posibilidad de realizar "viajes" a través de un estado hipnagógico, punto de inflexión entre el Sueño y la vigilia, y obtener revelaciones y experiencias que favorezcan la evolución personal y colectiva. Nombres como Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim (Paracelso), Nostradamus, Cornelius Agrippa, Pico Della Mirándola, Jakob Böhme, y tantos otros no son ajenos a la historia de la ciencia, la magia y la religión judeo-cristiano-islámica.

Pero no es necesario hablar del pasado cuando en la actualidad tenemos referentes similares en quiénes se puede vislumbrar cierta conexión ideológica respecto a las representaciones de los mundos alternativos como paradigma de una realidad multidimensional. Estos son artistas que no se conforman con la expresión y la creatividad solamente sino que involucran los avances tecnológicos recientes para ampliar sus obras y para que puedan trascender más allá de la estética hacia una praxis aquí y ahora. La insolencia del artista es un componente catalizador de revolucionarias ideas para las estructuras científicas y si a esto le sumamos la devoción por intentar penetrar en los misterios de lo trascendente, disponemos de los ingredientes necesarios para una alquimia de las ideas.


Un exponente que me ha llevado a pensar estas cosas es el artista checo Pavel Smetana con sus proyectos artísticos y tecnológicamente sofisticados como el reciente “Lilith”. Aquí vemos como el antiguo mundo astral pasa a ser actualizado a través de las posibilidades de la Realidad Virtual junto a las tecnologías del biofeedback que permiten al operador de esta obra participativa abrir la puerta a la creatividad al mismo tiempo que al control de los mundos alternativos.

Y no es el primero ni el único. Ya hace unas décadas
Brion Gysin e Ian Sommerville crearon la dreamachine: extravagante objeto artístico y psicodélico que a través de su estimulación visual genera un estado hipnagógico en el operador. Con pocos materiales más que un motor correctamente regulado, una lámpara y un cilindro grabado a gusto, esta máquina logra acelerar el proceso natural de transición de la vigilia al Sueño y tomar control de éste, teniendo la posibilidad de recrear un Sueño lúcido.

El proyecto “lilith” es un tanto más ambicioso: ayudado por electrodos que transmiten datos de los pulsos eléctricos del cerebro y los latidos del corazón a una interfaz, un programa de computadoras específicamente diseñado para estos fines recrea un conjunto de ambientes o escenarios a los cuáles el operador tendrá acceso visual de acuerdo al estado general de su organismo psico-físico retroalimentado por la estimulación de melodías techno que interactúan con sus estado anímicos.

Mientras estas obras se mantengan en el plano de lo artístico, a pesar de que coqueteen con la ciencia y la técnica, será intrigante. Pero existe un riesgo y es aquél que surge de la necesidad de control por parte del “espíritu científico” que con sus intenciones de progreso y conocimiento exacerbados por los intereses económicos, casi siempre terminan por desencantar empaquetando, clasificando y vendiendo lo que ayer fueron ideas osadas en productos para el consumo. Por ahora, soñar continua siendo gratis…!aprovechemos!

La Dreamachine de zoas23zoas


23 de mayo de 2008

La fotografía y los Sueños

Recordar un Sueño no es tarea fácil por momentos. Si tenemos la suerte de haber descansado bien durante los días previos, tendremos la posibilidad de despertarnos con un recuerdo vívido de los últimos Sueños, incluso de varios de ellos durante la misma noche. Algunos responden más a rastros de impresiones durante la vigilia mientras que otros parecen haber salido de la nada y nos muestran símbolos y escenas que nos llaman la atención. De esta manera, casi nunca obtenemos una reconstrucción totalmente fiel de lo que hemos soñado. “El mapa no es el territorio”, como diría G. Bateson, rememorando a A. Korzybski.

Podemos decir que lo mismo ocurre en el proceso fotográfico. Sin entrar en detalles en el proceso de revelado de una película, cuya riqueza simbólica merecería un blog entero, el procedimiento que va desde la composición de la toma hasta su obtención final en papel fotográfico, es análogo a una reconstrucción onírica.

Si bien hoy en día parte de este proceso se ha perdido con el auge de la fotografía digital, aún se mantiene la brecha entre lo que deseo fotografiar y el resultado. La mejor ventaja de la digitalización de la captura de imágenes es la posibilidad de realizar varias tomas o disparos del mismo objeto, tema, persona, etc. que deseo fotografiar. En consecuencia, las personas hacen varias fotos, ya sea “por las dudas de que salga mal” o para probar diferentes posiciones o utilizar diferentes luces en la toma.

Por su parte, en la fotografía analógica, los tiempos son más largos. Más aún en la fotografía blanco y negro en donde el revelado de mayor calidad es el revelado manual, involucrando tres instancias de procesos químicos (revelado, detenido y fijado), más las etapas de ampliación, retoque y composición final. Entonces, a mayor número de instancias en el proceso, mayor será la diferencia entre el mapa y el territorio, la fotografía y el tema. Pero los tiempos modernos exigen menores tiempos para todo, para tomar fotografías como para comer y dormir.

Es el síntoma de esta época alienante que día a día nos va quitando los tesoros humanos que nos permiten exaltarnos por sobre nuestra propia naturaleza. Es el costo de la comodidad por el dominio del Cosmos. Pero todavía podemos ir en contra de este Zeitgeist, reconstruyendo nuestros Sueños en un diario.

Se superpondrán imágenes que entre todas darán una totalidad a la cuál le daremos un título y fecha. Y al igual que en la fotografía, si podemos recordar muchos Sueños en la misma noche, podemos componer una fotografía por superposición de imágenes, creando una trama con un misterio que mantiene la puerta abierta a la interpretación. Y si tenemos una película vencida por algún rincón de nuestros armarios, podemos colocarla en la cámara, tomar las fotos, y luego revelarla para encontrarnos con que algunos Sueños pasados pueden revivirse en el presente y sirven para una composición única audaz.

24 de abril de 2008

Los símbolos y los Sueños


En el post anterior hemos hablado de los mitos como el Sueño colectivo de la humanidad y su relación con el cine, siendo éste la última transformación estructural en donde los mitos continuan reproduciéndose aunque cambiando sus formas. Por otro lado, mencionamos a los contenidos simbólicos de los mitos y sugerimos lo mismo para los Sueños. Ahora bien, ¿cuál es la implicancia de los símbolos en el mundo onírico? ¿Qué es un símbolo?

Dependiendo de los autores de las disciplinas del lenguaje, un símbolo es una unidad lingüística en la cuál se condensan significados particularmente por la aplicación de metáforas y analogías principalmente a través de la asociación de ideas. A diferencia de un signo, el símbolo está motivado por la acción humana, es decir, que el cúmulo de significados posibles es el producto de la interacción humana a lo largo de la historia y depende íntegramente del uso. En cambio, el signo lingüístico suele ser arbitrario en su naturaleza, aunque también producto histórico, pero la relación entre la cosa denotada y el concepto que lo representa estaría motivada solamente por el uso de una manera casual. Sin entrar en más detalles sobre la diferencia entre signo y símbolo, nos quedaremos con la aproximación del segundo para llegar a nuestro tema.

Existen dos elementos en la naturaleza que se muestran como símbolos en todas las culturas sobre la Tierra. Aparecen con diferentes nombres atribuidos a potencias divinas así como elementos inertes suspendidos en el vacío sideral. Se trata de el Sol y la Luna. Ambos como par simbólico representan una antinomia que en la cultura occidental puede rastrearse en diferentes niveles. Algunos entenderán el aspecto simbólico solar como el representante del dominio patriarcal y cazador mientras que su contraparte será el matriarcado y los cultos a la Diosa proyectada en la recolección y la agricultura.

Asimismo, desde una perspectiva psicológica, el Sol representa a la consciencia mientras que lo lunar denota al subconsciente. También las corrientes más afines a la actividad religiosa entienden al Sol como el arquetipo del Cristo y el corazón divino, mientras que la Luna, femenina en su esencia, a alguna de las Marías de los evangelios.

¿Y que hay de los Sueños? La deducción es muy sencilla y a esta altura ya la habrán captado desde la asociación simbólica: El momento del Sueño por excelencia es la noche, entonces la Luna, además de ser portadora de significado como símbolo de lo anterior descrito, también está relacionada con el Sueño y yendo un poco más lejos, con la Muerte. El brillo de la Luna no es propio sino que proviene del Sol, por lo que su luz no sería una luz original, sino una ilusión. La misma forma parte del paradigma dualista en donde aquello que no provenga del control y el análisis racional, pertenece al campo de lo falso y del ensueño.

Sin embargo, la luz lunar es propia, si bien originalmente no proviene de ella, es ésta quién transforma la luz solar y la refleja en su superficie. Este reflejo o inversión la convierte en una fuente luminosa distinta a la solar. Se trata entonces de una luz rodeada de misterio y de intrigas. La Luna llena siempre fue utilizada por la literatura como una entidad portadora de historias crípticas que muestran definitivamente que la Luna es una entidad aparte, y es más que el reflejo del Sol, la vigilia. Sin embargo, ambos se mezclan en una danza de complementariedad y oposición que nos hacen ver nuevamente que al día le precede la noche y ninguno de ambos puede existir sin el otro. Para que haya una consciencia de vigilia, se necesita al mundo onírico con sus misterios y mensajes encriptados que a su vez para ser develados, necesitan de la razón para ser llevados a la luz.

3 de abril de 2008

Mitos, Sueños y símbolo: el mito y los Sueños

El mito y los Sueños

Todos soñamos, eso no hay manera de negarlo. Incluso algunos animales también lo hacen. Ahora, ¿es posible que todos nuestros Sueños estén conectados de alguna manera como una red onírica en la cuál podemos “conectarnos” y compartir las vivencias en el mundo onírico? Al parecer, esta chance existe y hay quiénes exploran las posibilidades de comunicación entre soñantes, tratando de enviarse información o incluso intentando encontrarse en algún escenario onírico previamente acordado en el mundo de la vigilia. Sin embargo, esto requiere paciencia y dedicación consciente del asunto, como si se tratara de un ejercicio físico, solo que mental.

Actualmente la metáfora de la máquina inteligente o de la computadora es un modelo bastante útil para explicar y comprender la mente humana y sus enigmas. Siguiendo esta metáfora, tenemos la posibilidad de re-programar nuestras acciones conscientes a través del acceso a nuestro plano subconsciente. De esta manera, podemos des-condicionar ciertas acciones por medio de una auto-programación, como si nuestro cerebro fuese un hardware y la mente el software que permite funcionar nuestro organismo en su conjunto. Así, el ser humano estaría programado de fábrica pero con algunos errores en su software. Estos bugs o errores, son los que nos hacen humanos, demasiado humanos, y allí es donde comienza el proceso de reprogramación a través de diversos medios como la creatividad, el intelecto o la devoción. No importa el medio, el fin es siempre el mismo: el retorno al Edén como metáfora colectiva nos permite perfeccionarnos como especie en conjunto y como individuos, siempre y cuando aceptemos el desafío y las consecuencias de la libertad. Y justamente, la metáfora colectiva no es nada menos que el mito.

Un mito, no es algo falso o una mentira, tal como parece establecido en el sentido común. El mito es un género discursivo dentro del lenguaje humano que se expresa en forma de relato en dónde conviven elementos de la vida cotidiana del contexto así como elementos imaginarios y contradicciones lógicas por igual. Asimismo debemos agregar a la acción ritual como la forma en que los mitos se ponen en acción simbólica por parte de los interlocutores. Hoy en día, el mito se ha transformado y no se manifiesta tan explícitamente en las sociedades modernas, a causa de la hegemonía de la racionalidad o el “desencantamiento del mundo”.

Sin embargo, los mitos no han desaparecido sino que viven en otras formas discursivas dentro de la vida cotidiana, por ejemplo, en el cine. Consumimos películas como formas de entretenimiento, y aquellos que las producen lo hacen como medio de expresión creativa y labor profesional. Pero hay más que esto; los medios de comunicación, especialmente los audiovisuales, hoy en día cumplen esta función mitopoieica (generadora de mitos) de la cuál todos nutrimos nuestros Sueños e ideales de vida. A través del cine, si uno hace el ejercicio sencillo de vivir la película más que mirarla, uno encarna la vida de los personajes, sufre con ellos, ríe y trasciende. El poder sugestivo de la imagen y el sonido con la perfección tecnológica actual convierten al cine en un medio social similar a lo que antaño hacíamos frente a una fogata mientras uno de los ancianos relataba un mito en particular, ya sea el origen divino de la tribu o el cómo las vida humana apareció en la Tierra hace tiempos inmemoriables.

De esta forma, no es raro leer o escuchar de otros autores que los mitos son ”el Sueño colectivo de la humanidad”. Esta frase es parcialmente cierta si la interpretamos de mejor manera además de como si se tratara de una sumatoria de Sueños individuales. Los mitos constituyen más que esta suma individual. Se trata más bien de una suma gestáltica en donde el Todo es más que la suma de las partes. No obstante, los Sueños (individuales o colectivos) y los mitos, efectivamente están relacionados. Muchos relatos oníricos presentan imágenes y sonidos que pertenecen a algún relato mítico de las tantas culturas que conviven en el planeta. Y aunque la cultura occidental hoy en día sea la que promueve ciertas formas de actuar y de pensar por sobre otras, podemos decir que la humanidad en su conjunto también es una entidad doble y su manifestación en la acción humana se expresa en los mitos de ayer, de hoy y de mañana, sea la cual fuere la forma en que se muestren.

17 de marzo de 2008

¿Quién teje la telaraña?

En el post anterior surgió el tema de las teorías conspirativas en donde podemos vislumbrar una relación con el tema de los Sueños. Ahora bien, ¿a qué se le llaman "teorías conspirativas"?.

Al tratar este tema en particular nos vemos obligados a dar un salto de la teoría y la apreciación filosófico-poética de la problemática de los Sueños hacia la práctica y la ética. No es algo fácil para mí, debo confesar, ya que me agrada mucho más hablar sobre los Sueños y la capacidad creadora de la fantasía onírica como fuente de libertad más que sobre la valoración ética o algún tipo de adscripción política.

Hoy en día la política como práctica difiere mucho de la "política como vocación" que el sociólogo Max Weber diferenció sabiamente hace casi cien años. Una cosa es tener ideales políticos y simpatizar con algún partido o postura ideológica y otra cosa distinta es ser político en el sistema democrático regido por una racionalidad burocático-legal. La frase comunmente "el poder corrompe" sintetiza muy bien esta diferencia y lo que ocurre con la mayoría de las personas que deciden dedicar su vida social y económica a la política. Hoy por hoy se trata más de una forma de presentación ética más que un contenido ético que tomará forma en la práctica.

Entonces, las teorías conspirativas corresponden a una corriente de pensamiento que se amplía durante el siglo veinte con la separación de los bloques del liberalismo, el socialismo y el comunismo y finalmente el fascismo, que incorpora elementos comunes a ambos pero que al mismo tiempo los niega y los combate. Básicamente se trata de pensar que el poder económico y político está en manos de una elite que tiene intereses propios pero la forma en que presenta su política-económica tiende a ser la opuesta o bien esconde ciertos intereses ocultos que no son revelados al público.

Actualmente, la literatura y las artes visuales como el cine, se encuentran muy involucrados en el proceso de revelación-consciencia de las teorías conspirativas. Tenemos el ejemplo más difundido de los últimos años en el libro y su adaptación al cine de "El Código Da Vinci" que relaciona el campo político con el campo religioso del catolocisimo. Religión y política siempre fueron de la mano, especialmente en la expansión y conquista de las religiones monoteístas pero el agregado de la vida secreta del Cristo y aquello que fue ocultado en su figura de "jesús histórico" vino a traer el condimento que faltaba para que la audiencia se interesara por completo en la idea de que las apariencias engañan.

Otro caso interesante con mayor compromiso ético y político es el del documental Zeitgeist que el día 15 de Marzo pasado logró promover su difusión en 400 ciudades. Se trata de un documental que establece un vínculo potente entre las construcciones mitológicas de muchas religiones del mundo a lo largo de la historia humana con las recientes políticas mundiales del modelo de la globalización y en particular con el imperialismo norteamericano.

Zeitgeist, "el espíritu de la época", parece ser el dominio y control total de la población a través del consumo y el terror. De esta manera, construir un mito capaz de mantener el status quo sin revelar la estructura subyacente de la lucha por el poder económico equivale a aprovechar la libertad individual para separarnos cada vez más unos de otros. La ilusión del materialismo es el Sueño colectivo que nos encontramos soñando actualmente. Algunos están semi-despiertos pero día a día cada vez hay más gente que despierta del letargo y comienza el camino del conocimiento y la auto-consciencia.

Por primera vez en este proyecto, el papel de los Sueños se alínea con el lado negativo de los mismos: vivir en los Sueños de una realidad falsa y disfrutar de la comodidad del descanso del materialismo y el individualismo. Para cambiar esto hay que despertar. En lugar de soñar estamos siendo soñados; están soñando por nosotros y así restrigen la libertad dinámica y renovadora de la creatividad onírica. La dicotomía Sueño/Vigilia se radicaliza y nos divide en aquellos que están despiertos y aquellos que no. La realidad deja de ser un continimun y pasa a ser, o bien un cómodo Sueño que aunque sabemos que algún día terminará deseamos retener a toda costa, o una lucha por despertar de una pesadilla para volvernos a dormir pero no sin antes dirigir nuestros Sueños a nuestro antojo sin que otros lo hagan por nosotros.

Evento mundial del 15 de Marzo de 2008:

Página oficial de Zeitgeist:

Documental Zeitgeist con subtítulos en español:

11 de marzo de 2008

La alegoría de la caverna y los Sueños


En lugar de hablar de Matrix y el revuelo intelectual que causó y continua promoviendo, relacionaremos la misma idea contenida en esta película con los Sueños a través del mito primigenio más conocido en la historia de la civilización occidental. Abordar el tema de comprender el mundo o la realidad como una ilusión o incluso como una conspiración sostenida por poderes humanos o extra-humanos no es una novedad.

Si bien actualmente está en boga la obsesión por desmentir o develar los entretelones de la vida política y cómo la misma estaría relacionada con otras esferas como las instituciones religiosas o grupos sectarios, esta idea tiene sus antecedentes en el mundo griego, precisamente a partir de los fundadores de la filosofía clásica, quienes impulsaron la separación entre dos universos: el del discurso racional que milenios después pasaría a estar representado por las ciencias modernas y el discurso de la opinión el cuál se encontraría en el resto de las pretensiones de conocimiento y acción de quienes no posean la llama de la sabiduría científica.

Así, Platón (circa. 427 AC/428 AC – 347 adC) fue el maestro que esquematizó toda una perspectiva racional del mundo en la cuál sintetizaba varias dimensiones de interpretación a través de un relato en forma de metáfora. La alegoría o mito de la caverna, se encuentra en el libro VII de la República (514a-516d) y menciona una situación visual en donde un grupo de personas se encuentran encadenados en lo profundo de una caverna desde su nacimiento y nunca han podido ver el mundo exterior excepto a través de lo que un grupo de actores les enseñaba a través las sombras proyectadas por manipulación de objetos y marionetas iluminadas por un fuego detrás de las mismas.

El relato continua con el planteo lo que pasaría si uno de los prisioneros se liberara y lograra subir a la superficie encontrando un mundo nuevo y viviendo un proceso de búsqueda de la realidad, primero a través de las sombras y reflejos en el agua y finalmente enfrentando cara a cara a la luz solar.

Para ver el proceso completo del viaje del héroe en este mito aquí hay una versión escrita y una ayuda multimedia de mucha utilidad:

http://www.esnips.com/doc/f7fc8557-cdaa-459c-91f0-245b399c50e9/Platon-ElMitoDeLaCaverna




Continuando con nuestra exposición, la alegoría de la caverna puede enseñarnos algo más de lo que los diferentes niveles de interpretación han sugerido. Hasta ahora, lo primero que encontramos, y que viene repitiéndose en los temas anteriores, es una línea (imaginaria) que divide dos mundos, en este caso, el mundo sensible y el mundo inteligible o de las ideas. Esta división que establece las bases de la epistemología platónica también nos recuerda a la ya vieja división entre Sueño y Vigilia. Fácilmente podemos asociar uno de estos con otro y desplegar una lista de las características pero ¿cuál de estos dos mundos se corresponden uno con otro? El mundo sensible, el de los sentidos para Platón, sería la falsa realidad que se experimenta sin el uso de la razón como medio de alcanzar el verdadero. Entonces, ¿estamos en condiciones de decir que la ilusión corresponde a los Sueños? A simple viste eso parecería, pero creo que se debe a que nos hemos acostumbrado a clasificar a los Sueños como un mundo ilusorio que solamente acontece cuando nos vamos a dormir. Sin embargo, ¿qué certeza tenemos de que la experiencia de vigilia está completamente basada en el uso de la razón para alcanzar la verdadera naturaleza de la realidad? ¿Acaso vivimos en un mundo racional, pautado únicamente por el conocimiento científico? Mi análisis me indica que esta barrera (y me atrevo a decir lo mismo de todas) no es absoluta y que el mundo de la vigilia tiene las mismas posibilidades de ser entendido a través de los sentidos tanto como por la razón. Eso es porque, tal como otros han sugerido, el ser humano es doble. No obstante los límites de esta dualidad no podrán estar delimitados con precisión porque los mismos son parte de la rareza de nuestra especie, afanosa de clasificar y modelar la realidad misma, es decir, somos víctimas de los propios medios que utilizamos para ordenar el caos.

Liberarnos tal como el héroe filosófico de la caverna es un proceso arduo y requiere un espíritu que debe existir en potencia y necesita disciplinarse para lograr esos fines. El problema es saber cuál caverna representa la verdadera prisión. La posibilidad de soñar, equivale a la posibilidad de elegir y de luchar por la libertad. Por supuesto que nuestros Sueños están condicionados por el mundo de todos los días, por nuestros sentidos, pero además hay un componente inalienable que pertenece al mundo de las ideas y al bien supremo platónico representado por el Sol: el espíritu humano. Qué es exactamente y si es realmente, no lo sabemos. Se trata de un intento más de nuestra posibilidad de crear en palabras y en esquemas mentales infinitos mundos posibles que se crean y destruyen al mismo tiempo en una danza cósmica.
Mientras sigamos soñando, podremos liberarnos, y en consecuencia siempre habrá algo de lo que tengamos que liberarnos que mantendrá nuestros Sueños vivos y retroalimentándose con la vigilia. Soñar no solo es gratis, sino que es indispensable para continuar viviendo.

26 de febrero de 2008

El Cuerpo Astral


Dentro de la clasificación de los cuerpos físicos y espirituales encontramos al Cuerpo Astral. Nuevamente, existen numerosos autores, escuelas, filosofías que intentan clasificarlos, algunos de manera más teológica y otros más metódica y racional. Lo que todos estos concuerdan es que el Cuerpo Astral, esta sustancia que no es materia pero tampoco espíritu libre, es quién se ocupa de reproducir los fenómenos del Sueño.

Los denominados “viajes astrales” consisten en desprendimientos de la materia sutil onírica del cuerpo físico en el momento en que este último se encuentra en reposo y la actividad de la consciencia de vigilia tiende a cero. Allí, ocurre lo que algunos llaman “desdoblamiento astral” que implica una separación física entre el cuerpo físico y el astral de tal manera que aquella persona que se encuentra en este estado puede percibir o literalmente “ver” su cuerpo durmiendo desde una perspectiva diferente, como mirándose a través de un espejo.

Este estado natural del ser ocurriría a todas las personas cuando duermen y llegan a un sueño profundo pero que normalmente casi no recuerdan o no logran efectuar debido a la falta de entrenamiento en este tipo de acciones perceptivas. Es como si esta capacidad formara parte de la naturaleza de la consciencia humana pero que al manifestarse provoca cierto trastorno para quienes no están acostumbrados o no tienen noción de su potencial desarrollo.

De ahí quizás es que los autores hablan de un velo que una vez que se corre no puede volverse atrás, como aprender a utilizar una habilidad que se tenía por olvidada. Muchas veces puede ocurrir accidentalmente, soñar que flotamos, que nos desprendemos del piso o que caemos desde lo alto, que si bien están relacionados con el viaje astral no se tratan exactamente de un desdoblamiento porque no ocurre la toma de consciencia del cambio de perspectiva. Asimismo, en este proceso se encuentra un elemento significativo como señal de que se está efectuando un viaje astral. Se trata del “cordón “o “hilo de plata” que consiste en un filamento que conecta al vehículo astral del soñador con el cuerpo físico.

En base a lo anterior podemos clasificar algunas diferencias y concordancias en relación al mundo astral y al mundo de los sueños tales como:


-Una consnciencia de vigilia y una consciencia de sueño
-Un cuerpo físico y un cuerpo astral que se diferencian por forma y sustancia
-Diferentes tipos de sueños que NO SON necesariamente viajes astrales sino que denotan diferentes naturalezas de comportamiento cerebral pero que apuntan a los fenómenos de índole astral.
-Elementos característicos de un desdoblamiento o viaje astral: cambio de perspectiva o visión especular del soñante y presencia o toma de consciencia del hilo o cordón de plata.

Esta síntesis apresurada sólo tiene fines de sistematización de las ideas esbozadas en este post. Hacen falta muchas páginas y lecturas más para poder establecer un sistema ordenado de clasificación del mundo astral y de sus fenómenos. Para esto se encuentran muchos autores de riqueza superior a este intento de desinformación. Lo importante aquí es recalcar la relación directa entre la separación de cuerpos, específicamente la del cuerpo astral, como el responsable de los fenómenos del sueño de tal forma que se ha podido establecer una explicación de los Sueños desde una base teosófica que incorpora elementos doctrinales de religiones así como metodologías y procedimientos para realizar los viajes astrales y aprovechar el estado onírico como una instancia más en la vida cotidiana.

Con esto la dicotomía Sueño/vigilia se enfatiza aún más en vez de disolverse porque remarca las diferencias entre lo concreto y lo inmaterial. Sin embargo denota una continuidad y un complemento entre estas dos sustancias más que una diferencia de esencia.


Texto de referencia: El Cuerpo Astral de Arthur Powell

18 de febrero de 2008

Los Sueños y el mundo Astral: Introducción


Hablar sobre este tema en particular resulta un tanto complicado; hay demasiada información de diferentes fuentes, escuelas de pensamiento, religiones, filosofías, teorías psicológicas, y muchas más aún de conocimiento intuitivo por parte de aquellas personas que han tenido el acceso a través de este velo. En este caos informativo, trataremos de sintetizar y captar solamente aquello que esté relacionado con los Sueños.

Hasta ahora vimos que por definición parecen existir dos mundos: el de la vigilia y el de los Sueños. Este dualismo no es algo aislado dentro de las que se denominan “categorías de entendimiento” que se tratan, digamos, de parámetros por los cuales todos los seres humanos conceptualizan la realidad tanto material como inmaterial. Es decir, que según este término las capacidades de los seres humanos para construir y dar orden al mundo a través del lenguaje estarían determinadas a priori por una matriz o una serie de clasificaciones de las cuales no podríamos escapar.

Este “par de anteojos” por los cuales ordenamos y clasificamos la realidad a través del razonamiento como de los sentimientos, hace que los Sueños y la manera en que entendemos el acto de soñar sean también parte de este universo de entendimiento. Así, podemos establecer pares como sueño/vigilia, naturaleza/cultura, campo/ciudad, sujeto/objeto, individuo/sociedad, bien/mal, izquierda/derecha, arriba/abajo, femenino/masculino, macho/hembra, etc.

A toda esta lista que por supuesto se extiende tanto como nos permita el lenguaje, también debe agregarse una más cuyo desarrollo dentro del pensamiento de todas las culturas del planeta ha formado parte: la dualidad cuerpo/alma o cuerpo/espíritu. Esta es la base de todas las religiones, entendidas como construcciones míticas, ritos de pasaje, así como clasificaciones de la naturaleza y el Cosmos. Ahora bien, estos pares en algunas ocasiones sufren un estiramiento conceptual y en vez de ser dos polos de una misma unidad pueden incorporar mas elementos, a veces se convierten en triadas (conjunto de tres) y en otros casos se estiran para incluir más conceptos y en vez de presentarse como dualidades se transforman en grados dentro de una escala.

Almas y Cuerpos

El caso del dualismo cuerpo/alma ha sufrido esta apertura de grados. No solo dentro de las categorías para definir el alma humana en las culturas más afines sino en diversos sistemas de conocimiento del universo encontramos la existencia de varios cuerpos y espíritus. Desde lo más denso hasta lo más sutil, algunos más complejos y con mayores ramificaciones pero todos suelen compartir la idea de una intersección o punto medio entre los extremos.

Por ejemplo, el misticismo judaico concibe tres cuerpos principales: Nephesh, Ruah y Neshamah, siendo la primera el alma animal del ser humano, referida a los instintos básicos de supervivencia y satisfacción de las necesidades y la última al alma espiritual, la que se encuentra libre de la materia y la carne.

Incluso, otros pensadores dentro de esta corriente también incluyen hasta dos o tres o cuatro “cuerpos” más dentro de la escala. Por otra parte, algunas filosofías derivadas del platonismo que luego fueron adoptadas por grupos religiosos dentro del espectro del cristianismo también comparten estas divisiones que, sumadas a las importaciones del lejano oriente, culminaron por establecer nuevas formas filosófico-religiosas con intenciones globalizadoras a fin de establecer puentes de conexión entre las filosofías comparadas y rescatar elementos en común y así establecer una pansofía, filosofía perenne o teosofía.

Como sea que fuere, no es nuestro objetivo ni demostrar ni enumerar todas las conexiones posibles sino articular este tema con la problemática de los Sueños. En relación a esto, la división cuerpo/alma colocada en una escala marca una pauta lógica en la cuál prevee una clasificación de todos los cuerpos, desde el cuerpo físico hasta el cuerpo más espiritual provocando que la imaginación y el poder creativo de muchas mentes a lo largo de la historia hayan ideado diferentes “mundos” alternativos, con seres y leyes propias tal como el mundo de los sueños.

De esta forma, no hizo falta mucho esfuerzo para relacionar al plano onírico con alguno de estos cuerpos como si el acto del sueño se tratara de una acción realizada por uno de estos cuerpos. En consecuencia, encontramos el mundo astral y el cuerpo astral que es el tema del cuál hablaremos en el próximo post.

8 de febrero de 2008

Poética y filosofía del Sueño


Hay muchas maneras de relacionar a los Sueños con los diversos campos del conocimiento. Un análisis sobre los Sueños puede enfocarse desde la literatura y la poesía de infinitas formas por una cuestión de esencia: los Sueños se nutren de la imaginación y se retroalimentan mutuamente. El autor y la obra de las que hablaré a continuación fueron quiénes me motivaron a construir este proceso de conocimiento sobre los Sueños.

Sin duda, influido por los trabajos de autores de su época, Gaston Bachelard escribió sus ensayos sobre los cuatro elementos aristotélicos y los Sueños, tratando de aplicar sus conocimientos y aficiones sobre el psicoanálisis y otras escuelas psicológicas para relacionar a los mismos con las obras literarias de diferentes autores, poetas y escritores, para encontrar los elementos formales que comparten grupos de autores y sus obras con cada elemento de la naturaleza. Cada uno de ellos es asociado con un conjunto de cualidades que le son particulares: la tierra con la profundidad material o el inframundo; el aire y la verticalidad o ascensión, etc.

En realidad, si bien los Sueños están involucrados dentro de los tipos de imaginación dinámica o material, que él mismo determina y caracteriza como parte de esta relación dialéctica entre imaginación-Sueños, el conjunto de sus obras más bien muestran sus intereses por la poesía y la literatura dándoles un marco interpretativo bajo la forma de los cuatro elementos. Seguramente en algún momento habrá intuido que alguno de los autores citados se relacionaba con el “humor” de un elemento en particular, logrando comprender la esencia de la alquimia y la psicología de los arquetipos, en donde el modelo de las cuatro raíces funciona como una abstracción de las cualidades del universo que se manifiestan en todos los planos de existencia, desde la esencia del cambio y lo estático en la naturaleza hasta el comportamiento de la psique humana.

Bachelard realiza una pregunta inicial a los poetas, escritores y pensadores para alcanzar su clasificación elemental:-“Dime cuál es tu infinito y sabré el sentido de tu universo: ¿es el infinito del mar o del cielo, el infinito de la tierra profunda o el de la hoguera?”. Esto le permite analizar a cada autor bajo la perspectiva de los elementos, develando un misterio que quizás ni siquiera ellos conocían: la posibilidad de haber estado influenciados por el arquetipo de uno de ellos en particular a la hora de escribir sus obras.

Volviendo a los Sueños, Bachelard analiza más que Sueños, más bien imágenes oníricas, es decir, imágenes que son compartidas colectivamente por los soñadores. Por ejemplo, en “El aire y los sueños”, las imágenes del viento, el cielo azul, las nubes, la nebulosa y las constelaciones, así como el “sueño de vuelo”, son tomados por el autor para incluirlos dentro de la imaginación dinámica que reside en el elemento aéreo sobre la literatura.

De esta forma, logra unir las imágenes oníricas del aire con fragmentos literarios del conjunto de autores para descubrir el contenido simbólico aéreo en sus obras. Comprender el fabuloso trabajo que ha hecho Bachelard me ha servido para facilitar la conexión entre el mundo onírico y la creación literaria desde un punto de vista filosófico-poético.

Esto nos dice una vez más, que los Sueños no solamente operan como sustrato creativo para grandes obras sino que también puede darse el caso inverso: un análisis desde una perspectiva onírica de las obras y encontrar la raíz soñadora que pudo haberlos generado, confirmando así que los Sueños no son un elemento extraño a la realidad sino que están mezclados en la realidad como parte de la vida misma, donde no hay una ruptura sino continuidad.

31 de enero de 2008

Teória y Práctica: ¿Cuál es el truco?


Este post seguramente sea el comienzo de lo que sería el verdadero objetivo de este blog que si pudiera resumirlo, gracias a este ejercicio de objetivación, sería algo como “realizar un análisis comparativo sobre la naturaleza de los Sueños y construir un conocimiento teórico-práctico sobre los mismos”. Más aún; ahora que puedo verlo con mayor claridad, la elección de subir esta (des)información a la blogósfera logra lo que en las ciencias y en los textos académicos no suele realizarse: develar el proceso de conocimiento y desmitificar el conocimiento científico como un saber ampliamente objetivo.

Es una discusión que dependiendo en dónde uno se coloque dentro del entramado de lucha de poder en el campo del saber, tenderá hacia una actitud posmoderna en donde “todo es relativo y todo vale” o una posición neo-positivista en donde “el conocimiento debe tener una base empírica que lo respalde”. Sin embargo no quiero aburrirlos con estas discusiones extremas que necesariamente deben hacerse en el campo académico, quién suele ser el más aburrido y formal.

Volviendo a los fines de este blog y en particular a este post, la pregunta inicial que dispara la verborragia onírica es: “¿Cuál es el truco?”. Esperamos a que en un mediano y largo plazo podamos saber algo más de lo que sabíamos en el comienzo, pero ¿de qué sirve el conocimiento de una Cosa sin fines prácticos?.

Hacer el esfuerzo de entender a los Sueños, comprender su naturaleza y su papel en la vida humana a lo largo de la historia colectiva y personal, ¿para qué? Es el paradigma occidental el que nos hace preguntarnos tanto por las causas como los fines y no podemos escapar a esa astilla que se clava en nuestra mente. Debemos hacer y conocer, pero ¿cuál de estas dos ocurre primero? Cuando se conoce se está haciendo simultáneamente, pero habría un hacer de segundo grado que nos consagra en la praxis y nos separa un poco de la teoría. Este segundo hacer es ¿qué hacer con nuestros Sueños y lo que podríamos conocer sobre los mismos?

¿Qué hacer con nuestros Sueños y lo que podríamos conocer sobre los mismos?

El mundo de los Sueños es un lugar también para la práctica. Existen los denominados Sueños lúcidos, que son descritos por diferentes autores y escuelas quiénes han desarrollado diversas técnicas para “controlar” los Sueños.

El control se ha convertido en los últimos siglos una forma de comprender el mundo. El solo hecho de intentar comprender algo implica un control sobre la realidad. Es el eterno terror al Caos que siempre estuvo presente y a través de distintos esfuerzos cognitivos a lo largo de milenios, sumados a los saltos evolutivos de la consciencia el ser humano, hemos podido traer cierto orden al universo a través de las religiones en principio y luego a partir de la razón instrumental que terminó por desencantar el mundo.

En el campo onírico, el orden deviene en control de esa realidad que en principio parece inalterable pero cuando por primera vez logramos darnos cuenta de que estamos soñando y decidimos alterar la realidad del Sueño, entonces un mundo nuevo se abre ante nuestros ojos. De esta manera, comienzan a romperse las barreras de la realidad material y pareciera como si la mente pudiera modificar la materia tal como sucede en el universo cuántico en donde el observador puede modificar las condiciones de un experimento. ¿Estarán hechos los sueños de materia cuántica o quizás el mundo cuántico estará hecho de Sueños?.

Esta pregunta es más poética que otra cosa porque la pregunta por el “¿de qué está hecho?”(substancia) es demasiado lineal como para tratar de comprender una realidad más compleja como la de los Sueños. Si pudiéramos modificar nuestros Sueños, ¿estaríamos en condiciones de alterar nuestra realidad de vigilia?, algunos creen que sí, principalmente aquellas corrientes que derivan de disciplinas psicológicas.

Por otro lado, el control siempre viene aparejado por una pérdida de belleza y de espontaneidad que solo algo caótico puede brindar. Controlar los Sueños implicaría modificarlos a nuestro placer, eliminar las pesadillas, cambiar aquello que no nos gusta. Sin embargo, el truco estaría en poder ser creativos mientras controlamos, poder pintar en los Sueños combinando el dominio de los mismos junto con la creatividad y al mismo tiempo dejando un breve espacio a lo impredecible.




Notas: Los fragmentos de video posteados en esta entrada pertenecen a la película "Waking Life" o su traducción "Despertando a la vida". Más información: http://es.wikipedia.org/wiki/Despertando_a_la_vida

25 de enero de 2008

Los Sueños y la literatura: El caso de Lovecraft


¿Por qué hay personas que desean escaparse de la realidad hacia mundos creados por su imaginación o inspirados por su propios Sueños? ¿Qué peculiaridades tienen esos mundos alternativos que atraen a poetas, escritores y viajeros de la mente?

Para intentar responder estas preguntas me centraré en un personaje de la literatura cuya particularidad se debe a que fueron sus relatos quiénes me condujeron por este camino interminable. Me refiero al célebre post-mortem Howard Phillips Lovecraft, o como lo parodiaban sus amigos y colegas, el Sumo Sacerdote “Ech-Pi-El”.

A través de sus relatos llenos de oscuridad onírica accedí a un mundo nuevo que poco a poco abrió puertas hacia otros autores y temas que se interconectaban unos con otros como una melodía de tonadas familiares. De todos estos, me atrajeron en particular aquellos cuentos breves y otros relatos de mayor extensión cuyas historias se desarrollaban en la “Tierra de los Sueños”, un universo alterno con geografía, política así como dioses y mitologías propias, en donde terribles criaturas escondían planes siniestros para dominar a la especie humana tanto del universo onírico como del planeta Tierra.

Más allá del hito que marcó Lovecraft como escritor del siglo XX, sus relatos oníricos influenciados por el coetáneo Lord Dunsany, abrieron las puertas del mundo de los Sueños que de ahí en más sería reproducida en la literatura y el cine. Podríamos decir que Lovecraft, aún sin desearlo, fue parte del zeitgeist, el “espíritu de los tiempos” de las corrientes vanguardistas como el surrealismo quienes tomaban a los Sueños como una fuente inagotable de creación al mismo tiempo que el psicoanálisis se iba consolidando como la ciencia que se encargaría de interpretarlos.

Nuestro autor veía en el universo onírico un escape, un refugio de las amenazas de la realidad que lo atormentaba. Aunque ni siquiera en sus Sueños podía estar tranquilo. Muchos de sus relatos oníricos que casi siempre involucran enfrentamientos con criaturas terribles no fueron creados solamente por una imaginación activa sino que fueron producto de sus propias sombras del Sueño profundo, quizás tratando de plasmarlas en el papel, con el fin de exorcizar a estos dioses y fuerzas sobrenaturales, teniendo la inocente esperanza de que dejaran de molestarlo.

Ahora bien, ¿por qué continuar hablando del perfil psicológico de este genio para interpretar su contexto y tratar de entender el origen de sus cuentos? Si bien esta es la forma más común de comprender a un autor, la experiencia directa en estos tiempos posmodernos es la única forma de acercarse a la obra en vez de tratar de saber cómo pensaba y creaba.

Al leer a Lovecraft, cuando no se corre el riesgo de caer en una depresión cósmica, uno mira con cariño al mundo onírico y puede soñar con él. Ciudades con castillos de ónice; felinos que viajan de a saltos de planeta en planeta dejando un halo de misterio; tierras de maravillas incontables y personajes que oscilan entre ancianos sabios, buscadores de verdades trascendentales. Incluso, en este asombroso lugar, la Tierra de los Sueños, hasta un vagabundo en el mundo real podía convertirse en rey-dios de un imperio.

Ya vemos que en ese “otro lado” algunas genialidades pueden encontrar un mundo nuevo con riquezas literarias que sirven de refugio para los viajeros de la mente. Los Sueños nos ayudan a cuantificar tanto miedos como añoranzas que se depositan en este lugar de fácil acceso con tal solo cerrar los ojos durante unas horas. El Sueño es un viaje, y no cabe duda que muchos han logrado aprovechar esas travesías para brindar algo al resto de los mortales, tratando de decirnos que existe un lugar en donde uno puede ser libre. ¿Es una escapatoria?, ¡por supuesto!

Pero me atrevo a decir que el deseo de escaparse del mundo es parte de la naturaleza humana como un recuerdo de que alguna vez estuvimos en algún otro lado en donde todo era consciencia hasta que caímos y nos atrapamos en nuestros cuerpos y en la realidad material.

Sucede que las actitudes escapistas siempre nos rodearon, ya sea a través de las artes, de las drogas o la religión. Dependiendo de la era en la que nos encontremos, el escape será visto como un aliado o como un enemigo a vencer. Los ciclos de efervescencia romántica tenderán hacia la valoración positiva de los Sueños mientras que los ciclos reformistas y revolucionarios (que podrían tener en el trasfondo una valoración romántica) buscarán el refugio en la razón y en el utilitarismo.

Pero ésta es una batalla inagotable, los Sueños siempre seguirán formando parte de la literatura porque la fantasía y la imaginación, nacen cuando la barrera de la consciencia de vigilia está baja y se libera la potencia creativa. Por supuesto que la misma siempre estará relacionada con situaciones de nuestra biografía porque paradójicamente, los Sueños se nutren de la realidad. El fin está en encontrar el punto de equilibrio en donde ambos mundos en conflicto eterno logren una homeostasis cósmica y el Ser pueda algún día retornar a su estado de gracia. Mientras tanto, lo único constante en el universo…es el cambio.

Algunas frases lovecraftianas:

“¡Idealismo y materialismo, ilusión y verdad!”

“No está muerto lo que yace eternamente, que con los eones incluso la muerte puede morir”.
Lecturas recomendadas sobre los Sueños:
La nave blanca
Los Gatos de Ulthar
Celephais
En busca de la ciudad del sol poniente

21 de enero de 2008

Principia somnium - Principios oníricos

Todos hablan de ellos ahora, muchos trataron de descifrar sus misterios en el pasado, ¿quién sabe lo que se dirá mañana? Los Sueños, un conjunto de relatos individuales que interpretados revelarían aspectos de la historia personal, nuestro paso por este mundo, así como acerca de la historia de la humanidad, su pasado, actualidad y posibles destinos.

Por más que la razón del materialismo de los últimos siglos parezca haber dado una respuesta definitiva a la naturaleza de la realidad, los Sueños siempre permanecerán en ese “otro lado” que crea una brecha en el universo, dividiéndolo en vigilia y sueño; quizás a diferencia de otras dicotomías (naturaleza/cultura, alma/cuerpo), en ésta puede verse una contradicción lógica tal que si los sueños en un sentido materialista solo son imágenes residuales de lo que nuestro cerebro registra a través de la visión, entonces ¿por qué la ciencia, o mejor dicho los científicos, continúan preguntándose por el significado y el sentido de los mismos y cada vez hay ramas, disciplinas, teorías y técnicas que intentan correr el velo de ignorancia que aún tenemos sobre el asunto?.

Este es un ejercicio de construcción del conocimiento cuyo proceso se dará (al menos eso espero) a través de las diferentes exposiciones que he podido rastrear de otros autores de diferentes áreas del conocimiento (filosofía, artes, religión(es), ciencias) tratando al mismo conocimiento como un todo al cuál nosotros, como seres pensantes, no podemos escapar a nuestra propia limitación que nos produce el pensar sobre el pensar.

Esta construcción estará limitada por la subjetividad de la investigación, es decir que solo podré hablar de lo que he leído hasta ahora, de mis experiencias sobre el tema, y de lo que mi intuición me vaya conduciendo así como de los hechos que me rodeen y me lleven a mencionar tal o cual cuestión. Es por esto que también dejaré un espacio libre para recibir información de quienes me sigan en este proceso.

Escribo principalmente para mí, para objetivar ideas, reflexiones, etc., pero elegí subir esto a la blogósfera para estar a la par con el espíritu de la época en donde la información va y viene con más desinformación que otra cosa. Traeré más caos a un orden que nunca existirá pero con un sentido explícito: compartir y crear información, dejar que fluya y con algo de suerte, ayudar a que el polen de las flores que crecerán, germinen otras ideas.

Volviendo a lo nuestro...

¿De qué se estará hablando aquí?, ni más ni menos que de los Sueños. Y escribo con mayúscula porque para hablar sobre algo y darle importancia como tema es preciso separarlo del resto del mar de conceptos y tratarlo como una cosa. Es solo una forma de comenzar y seguramente no sea fiel a la misma porque no estoy haciendo ciencia, a menos que sea un arte. Esto será más bien un experimento filosófico-poético-terapéutico, producto de los beneficios del lenguaje literario.

Eso es todo así que ahora…manos a la obra:

A soñar…