Este post seguramente sea el comienzo de lo que sería el verdadero objetivo de este blog que si pudiera resumirlo, gracias a este ejercicio de objetivación, sería algo como “realizar un análisis comparativo sobre la naturaleza de los Sueños y construir un conocimiento teórico-práctico sobre los mismos”. Más aún; ahora que puedo verlo con mayor claridad, la elección de subir esta (des)información a la blogósfera logra lo que en las ciencias y en los textos académicos no suele realizarse: develar el proceso de conocimiento y desmitificar el conocimiento científico como un saber ampliamente objetivo.
Es una discusión que dependiendo en dónde uno se coloque dentro del entramado de lucha de poder en el campo del saber, tenderá hacia una actitud posmoderna en donde “todo es relativo y todo vale” o una posición neo-positivista en donde “el conocimiento debe tener una base empírica que lo respalde”. Sin embargo no quiero aburrirlos con estas discusiones extremas que necesariamente deben hacerse en el campo académico, quién suele ser el más aburrido y formal.
Volviendo a los fines de este blog y en particular a este post, la pregunta inicial que dispara la verborragia onírica es: “¿Cuál es el truco?”. Esperamos a que en un mediano y largo plazo podamos saber algo más de lo que sabíamos en el comienzo, pero ¿de qué sirve el conocimiento de una Cosa sin fines prácticos?.
Hacer el esfuerzo de entender a los Sueños, comprender su naturaleza y su papel en la vida humana a lo largo de la historia colectiva y personal, ¿para qué? Es el paradigma occidental el que nos hace preguntarnos tanto por las causas como los fines y no podemos escapar a esa astilla que se clava en nuestra mente. Debemos hacer y conocer, pero ¿cuál de estas dos ocurre primero? Cuando se conoce se está haciendo simultáneamente, pero habría un hacer de segundo grado que nos consagra en la praxis y nos separa un poco de la teoría. Este segundo hacer es ¿qué hacer con nuestros Sueños y lo que podríamos conocer sobre los mismos?
Hacer el esfuerzo de entender a los Sueños, comprender su naturaleza y su papel en la vida humana a lo largo de la historia colectiva y personal, ¿para qué? Es el paradigma occidental el que nos hace preguntarnos tanto por las causas como los fines y no podemos escapar a esa astilla que se clava en nuestra mente. Debemos hacer y conocer, pero ¿cuál de estas dos ocurre primero? Cuando se conoce se está haciendo simultáneamente, pero habría un hacer de segundo grado que nos consagra en la praxis y nos separa un poco de la teoría. Este segundo hacer es ¿qué hacer con nuestros Sueños y lo que podríamos conocer sobre los mismos?
¿Qué hacer con nuestros Sueños y lo que podríamos conocer sobre los mismos?
El mundo de los Sueños es un lugar también para la práctica. Existen los denominados Sueños lúcidos, que son descritos por diferentes autores y escuelas quiénes han desarrollado diversas técnicas para “controlar” los Sueños.
El control se ha convertido en los últimos siglos una forma de comprender el mundo. El solo hecho de intentar comprender algo implica un control sobre la realidad. Es el eterno terror al Caos que siempre estuvo presente y a través de distintos esfuerzos cognitivos a lo largo de milenios, sumados a los saltos evolutivos de la consciencia el ser humano, hemos podido traer cierto orden al universo a través de las religiones en principio y luego a partir de la razón instrumental que terminó por desencantar el mundo.
En el campo onírico, el orden deviene en control de esa realidad que en principio parece inalterable pero cuando por primera vez logramos darnos cuenta de que estamos soñando y decidimos alterar la realidad del Sueño, entonces un mundo nuevo se abre ante nuestros ojos. De esta manera, comienzan a romperse las barreras de la realidad material y pareciera como si la mente pudiera modificar la materia tal como sucede en el universo cuántico en donde el observador puede modificar las condiciones de un experimento. ¿Estarán hechos los sueños de materia cuántica o quizás el mundo cuántico estará hecho de Sueños?.
Esta pregunta es más poética que otra cosa porque la pregunta por el “¿de qué está hecho?”(substancia) es demasiado lineal como para tratar de comprender una realidad más compleja como la de los Sueños. Si pudiéramos modificar nuestros Sueños, ¿estaríamos en condiciones de alterar nuestra realidad de vigilia?, algunos creen que sí, principalmente aquellas corrientes que derivan de disciplinas psicológicas.
Por otro lado, el control siempre viene aparejado por una pérdida de belleza y de espontaneidad que solo algo caótico puede brindar. Controlar los Sueños implicaría modificarlos a nuestro placer, eliminar las pesadillas, cambiar aquello que no nos gusta. Sin embargo, el truco estaría en poder ser creativos mientras controlamos, poder pintar en los Sueños combinando el dominio de los mismos junto con la creatividad y al mismo tiempo dejando un breve espacio a lo impredecible.
El control se ha convertido en los últimos siglos una forma de comprender el mundo. El solo hecho de intentar comprender algo implica un control sobre la realidad. Es el eterno terror al Caos que siempre estuvo presente y a través de distintos esfuerzos cognitivos a lo largo de milenios, sumados a los saltos evolutivos de la consciencia el ser humano, hemos podido traer cierto orden al universo a través de las religiones en principio y luego a partir de la razón instrumental que terminó por desencantar el mundo.
En el campo onírico, el orden deviene en control de esa realidad que en principio parece inalterable pero cuando por primera vez logramos darnos cuenta de que estamos soñando y decidimos alterar la realidad del Sueño, entonces un mundo nuevo se abre ante nuestros ojos. De esta manera, comienzan a romperse las barreras de la realidad material y pareciera como si la mente pudiera modificar la materia tal como sucede en el universo cuántico en donde el observador puede modificar las condiciones de un experimento. ¿Estarán hechos los sueños de materia cuántica o quizás el mundo cuántico estará hecho de Sueños?.
Esta pregunta es más poética que otra cosa porque la pregunta por el “¿de qué está hecho?”(substancia) es demasiado lineal como para tratar de comprender una realidad más compleja como la de los Sueños. Si pudiéramos modificar nuestros Sueños, ¿estaríamos en condiciones de alterar nuestra realidad de vigilia?, algunos creen que sí, principalmente aquellas corrientes que derivan de disciplinas psicológicas.
Por otro lado, el control siempre viene aparejado por una pérdida de belleza y de espontaneidad que solo algo caótico puede brindar. Controlar los Sueños implicaría modificarlos a nuestro placer, eliminar las pesadillas, cambiar aquello que no nos gusta. Sin embargo, el truco estaría en poder ser creativos mientras controlamos, poder pintar en los Sueños combinando el dominio de los mismos junto con la creatividad y al mismo tiempo dejando un breve espacio a lo impredecible.
Notas: Los fragmentos de video posteados en esta entrada pertenecen a la película "Waking Life" o su traducción "Despertando a la vida". Más información: http://es.wikipedia.org/wiki/Despertando_a_la_vida