18 de febrero de 2008

Los Sueños y el mundo Astral: Introducción


Hablar sobre este tema en particular resulta un tanto complicado; hay demasiada información de diferentes fuentes, escuelas de pensamiento, religiones, filosofías, teorías psicológicas, y muchas más aún de conocimiento intuitivo por parte de aquellas personas que han tenido el acceso a través de este velo. En este caos informativo, trataremos de sintetizar y captar solamente aquello que esté relacionado con los Sueños.

Hasta ahora vimos que por definición parecen existir dos mundos: el de la vigilia y el de los Sueños. Este dualismo no es algo aislado dentro de las que se denominan “categorías de entendimiento” que se tratan, digamos, de parámetros por los cuales todos los seres humanos conceptualizan la realidad tanto material como inmaterial. Es decir, que según este término las capacidades de los seres humanos para construir y dar orden al mundo a través del lenguaje estarían determinadas a priori por una matriz o una serie de clasificaciones de las cuales no podríamos escapar.

Este “par de anteojos” por los cuales ordenamos y clasificamos la realidad a través del razonamiento como de los sentimientos, hace que los Sueños y la manera en que entendemos el acto de soñar sean también parte de este universo de entendimiento. Así, podemos establecer pares como sueño/vigilia, naturaleza/cultura, campo/ciudad, sujeto/objeto, individuo/sociedad, bien/mal, izquierda/derecha, arriba/abajo, femenino/masculino, macho/hembra, etc.

A toda esta lista que por supuesto se extiende tanto como nos permita el lenguaje, también debe agregarse una más cuyo desarrollo dentro del pensamiento de todas las culturas del planeta ha formado parte: la dualidad cuerpo/alma o cuerpo/espíritu. Esta es la base de todas las religiones, entendidas como construcciones míticas, ritos de pasaje, así como clasificaciones de la naturaleza y el Cosmos. Ahora bien, estos pares en algunas ocasiones sufren un estiramiento conceptual y en vez de ser dos polos de una misma unidad pueden incorporar mas elementos, a veces se convierten en triadas (conjunto de tres) y en otros casos se estiran para incluir más conceptos y en vez de presentarse como dualidades se transforman en grados dentro de una escala.

Almas y Cuerpos

El caso del dualismo cuerpo/alma ha sufrido esta apertura de grados. No solo dentro de las categorías para definir el alma humana en las culturas más afines sino en diversos sistemas de conocimiento del universo encontramos la existencia de varios cuerpos y espíritus. Desde lo más denso hasta lo más sutil, algunos más complejos y con mayores ramificaciones pero todos suelen compartir la idea de una intersección o punto medio entre los extremos.

Por ejemplo, el misticismo judaico concibe tres cuerpos principales: Nephesh, Ruah y Neshamah, siendo la primera el alma animal del ser humano, referida a los instintos básicos de supervivencia y satisfacción de las necesidades y la última al alma espiritual, la que se encuentra libre de la materia y la carne.

Incluso, otros pensadores dentro de esta corriente también incluyen hasta dos o tres o cuatro “cuerpos” más dentro de la escala. Por otra parte, algunas filosofías derivadas del platonismo que luego fueron adoptadas por grupos religiosos dentro del espectro del cristianismo también comparten estas divisiones que, sumadas a las importaciones del lejano oriente, culminaron por establecer nuevas formas filosófico-religiosas con intenciones globalizadoras a fin de establecer puentes de conexión entre las filosofías comparadas y rescatar elementos en común y así establecer una pansofía, filosofía perenne o teosofía.

Como sea que fuere, no es nuestro objetivo ni demostrar ni enumerar todas las conexiones posibles sino articular este tema con la problemática de los Sueños. En relación a esto, la división cuerpo/alma colocada en una escala marca una pauta lógica en la cuál prevee una clasificación de todos los cuerpos, desde el cuerpo físico hasta el cuerpo más espiritual provocando que la imaginación y el poder creativo de muchas mentes a lo largo de la historia hayan ideado diferentes “mundos” alternativos, con seres y leyes propias tal como el mundo de los sueños.

De esta forma, no hizo falta mucho esfuerzo para relacionar al plano onírico con alguno de estos cuerpos como si el acto del sueño se tratara de una acción realizada por uno de estos cuerpos. En consecuencia, encontramos el mundo astral y el cuerpo astral que es el tema del cuál hablaremos en el próximo post.

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