
Dentro de la clasificación de los cuerpos físicos y espirituales encontramos al Cuerpo Astral. Nuevamente, existen numerosos autores, escuelas, filosofías que intentan clasificarlos, algunos de manera más teológica y otros más metódica y racional. Lo que todos estos concuerdan es que el Cuerpo Astral, esta sustancia que no es materia pero tampoco espíritu libre, es quién se ocupa de reproducir los fenómenos del Sueño.
Los denominados “viajes astrales” consisten en desprendimientos de la materia sutil onírica del cuerpo físico en el momento en que este último se encuentra en reposo y la actividad de la consciencia de vigilia tiende a cero. Allí, ocurre lo que algunos llaman “desdoblamiento astral” que implica una separación física entre el cuerpo físico y el astral de tal manera que aquella persona que se encuentra en este estado puede percibir o literalmente “ver” su cuerpo durmiendo desde una perspectiva diferente, como mirándose a través de un espejo.
Este estado natural del ser ocurriría a todas las personas cuando duermen y llegan a un sueño profundo pero que normalmente casi no recuerdan o no logran efectuar debido a la falta de entrenamiento en este tipo de acciones perceptivas. Es como si esta capacidad formara parte de la naturaleza de la consciencia humana pero que al manifestarse provoca cierto trastorno para quienes no están acostumbrados o no tienen noción de su potencial desarrollo.
De ahí quizás es que los autores hablan de un velo que una vez que se corre no puede volverse atrás, como aprender a utilizar una habilidad que se tenía por olvidada. Muchas veces puede ocurrir accidentalmente, soñar que flotamos, que nos desprendemos del piso o que caemos desde lo alto, que si bien están relacionados con el viaje astral no se tratan exactamente de un desdoblamiento porque no ocurre la toma de consciencia del cambio de perspectiva. Asimismo, en este proceso se encuentra un elemento significativo como señal de que se está efectuando un viaje astral. Se trata del “cordón “o “hilo de plata” que consiste en un filamento que conecta al vehículo astral del soñador con el cuerpo físico.
En base a lo anterior podemos clasificar algunas diferencias y concordancias en relación al mundo astral y al mundo de los sueños tales como:
Los denominados “viajes astrales” consisten en desprendimientos de la materia sutil onírica del cuerpo físico en el momento en que este último se encuentra en reposo y la actividad de la consciencia de vigilia tiende a cero. Allí, ocurre lo que algunos llaman “desdoblamiento astral” que implica una separación física entre el cuerpo físico y el astral de tal manera que aquella persona que se encuentra en este estado puede percibir o literalmente “ver” su cuerpo durmiendo desde una perspectiva diferente, como mirándose a través de un espejo.
Este estado natural del ser ocurriría a todas las personas cuando duermen y llegan a un sueño profundo pero que normalmente casi no recuerdan o no logran efectuar debido a la falta de entrenamiento en este tipo de acciones perceptivas. Es como si esta capacidad formara parte de la naturaleza de la consciencia humana pero que al manifestarse provoca cierto trastorno para quienes no están acostumbrados o no tienen noción de su potencial desarrollo.
De ahí quizás es que los autores hablan de un velo que una vez que se corre no puede volverse atrás, como aprender a utilizar una habilidad que se tenía por olvidada. Muchas veces puede ocurrir accidentalmente, soñar que flotamos, que nos desprendemos del piso o que caemos desde lo alto, que si bien están relacionados con el viaje astral no se tratan exactamente de un desdoblamiento porque no ocurre la toma de consciencia del cambio de perspectiva. Asimismo, en este proceso se encuentra un elemento significativo como señal de que se está efectuando un viaje astral. Se trata del “cordón “o “hilo de plata” que consiste en un filamento que conecta al vehículo astral del soñador con el cuerpo físico.
En base a lo anterior podemos clasificar algunas diferencias y concordancias en relación al mundo astral y al mundo de los sueños tales como:
-Una consnciencia de vigilia y una consciencia de sueño
-Un cuerpo físico y un cuerpo astral que se diferencian por forma y sustancia
-Diferentes tipos de sueños que NO SON necesariamente viajes astrales sino que denotan diferentes naturalezas de comportamiento cerebral pero que apuntan a los fenómenos de índole astral.
-Elementos característicos de un desdoblamiento o viaje astral: cambio de perspectiva o visión especular del soñante y presencia o toma de consciencia del hilo o cordón de plata.
-Un cuerpo físico y un cuerpo astral que se diferencian por forma y sustancia
-Diferentes tipos de sueños que NO SON necesariamente viajes astrales sino que denotan diferentes naturalezas de comportamiento cerebral pero que apuntan a los fenómenos de índole astral.
-Elementos característicos de un desdoblamiento o viaje astral: cambio de perspectiva o visión especular del soñante y presencia o toma de consciencia del hilo o cordón de plata.

Esta síntesis apresurada sólo tiene fines de sistematización de las ideas esbozadas en este post. Hacen falta muchas páginas y lecturas más para poder establecer un sistema ordenado de clasificación del mundo astral y de sus fenómenos. Para esto se encuentran muchos autores de riqueza superior a este intento de desinformación. Lo importante aquí es recalcar la relación directa entre la separación de cuerpos, específicamente la del cuerpo astral, como el responsable de los fenómenos del sueño de tal forma que se ha podido establecer una explicación de los Sueños desde una base teosófica que incorpora elementos doctrinales de religiones así como metodologías y procedimientos para realizar los viajes astrales y aprovechar el estado onírico como una instancia más en la vida cotidiana.
Con esto la dicotomía Sueño/vigilia se enfatiza aún más en vez de disolverse porque remarca las diferencias entre lo concreto y lo inmaterial. Sin embargo denota una continuidad y un complemento entre estas dos sustancias más que una diferencia de esencia.
Con esto la dicotomía Sueño/vigilia se enfatiza aún más en vez de disolverse porque remarca las diferencias entre lo concreto y lo inmaterial. Sin embargo denota una continuidad y un complemento entre estas dos sustancias más que una diferencia de esencia.
Texto de referencia: El Cuerpo Astral de Arthur Powell